Antes de poder acompañar a otros, antes de ponerle palabras al amor, al dolor o al destino, necesitamos volver a nosotros mismos.No desde el juicio.No desde el ideal.Sino desde un espacio real de presencia, humildad y cuidado.

El desarrollo personal no es una moda.
Es un movimiento profundo que empieza cuando dejamos de luchar contra lo que somos y elegimos mirarnos con más verdad.Implica soltar lo heredado, limpiar exigencias, mandatos y repeticiones que ya no nos pertenecen.
Volver a lo esencial, a lo que late debajo de las formas.
Es un camino de comprensión e integración.
De unir lo que habíamos separado:el cuerpo y la emoción,lo masculino y lo femenino,lo que mostramos y lo que callamos.
Es también una reconciliación con nuestras raíces, con nuestro sistema familiar, con nuestra historia.Y solo desde esa coherencia interna podemos mirar al otro sin necesidad de corregirlo, salvarlo o cargarlo.

Acompañar, en lugar de intervenir.
Escuchar, en lugar de dirigir.
Sostener, sin empujar.

El desarrollo personal es el primer acto de amor adulto.
Un compromiso con uno mismo.
Y una forma de decirle a la vida:
“Estoy lista para estar.”

¿Cómo está organizada la formación?

Cursos y seminarios de 4 u 8 horas

Cada módulo suma horas oficiales INSCONSFA

Podés tomarlos de forma independiente y a tu ritmo   
No se requiere experiencia previa

Una formación que no empuja, no acelera, no exige. Sostiene. Ordena. Recuerda.

Y si algo en vos pulsa al leer esto, quizás no sea casualidad.

Quizás sea un movimiento de vida.